miércoles, 27 de octubre de 2010

Mi Tele

Mi tele es hermosa , cuadrada , compacta , sencilla y empeñosa.No es un modelo ni antiguo ni moderno y responde a las conecciones que necesito, cable y DVD.Su tamaño es ideal para el mueble que la sostiene y su menú de funciones son las que quiero y puedo manejar.Me provee de la calidad de imagen suficiente para el uso que le doy, ver las noticias y uno que otro programa de interés.Para las películas,documentales y juegos especiales recurro al príncipe (plasma) que se encuentra en la salita de convivencia donde confluyen todos los integrantes de la familia entorno a la entretención.

Mi tele se me antoja como un objetito atemporal  que lucha por mantenerse en el sistema, ya no más en circulación pero al menos con un término digno, donde se desecha luego de llegar al fin de su vida útil.
Un objetito que hoy a luz de la velocidad con que se reemplazan los objetos tecnológicos  es casi antiguo.
Mi tele está en perfectas condiciones, y lo mejor es que no viene programada para morir súbitamente y sin reparación alguna , fue fabricada cuando segúramente aún no estaba tan intensificado la vorágine consumista y desechable, y donde el fabricante pensaba en anteponer la calidad y prestigio de su marca y no en la rotación del capital entre la oferta y la demanda.
No es de esas teles que al romperse la palangana para cambiar canales se ocupaba un alicate que se mantenía complementariamente al ladito del televisor, tampoco es de esas  mini donde el subtítulo se hace ilegible.Reitero, es una tele que se acomoda perfectamente para el uso que le doy.
Lo mejor es que además tiene algo de historia porque es heredada, por tanto además guarda algo de nostalgia.

El interés no está en conservarla por ser asidua a las reliquias, tampoco por tener un obsesivo apego a lo material y menos por no haber opción, simplemente sigue funcionando y en buenas condiciones, entonces por qué desecharla.
Sería una autoflagelación incorporarme a la dinámica de la "obsolencia programada", comprar una nueva tele sin saber cuando va morir, sabiendo sí que será muy pronto.No es ninguna novedad que la vida útil de los objetos está siendo menguada cada vez más, sino el sistema(Capitalista) no se sostiene.
 Mi tele me dice "manténme hasta que realmente no te preste servicio alguno, mira que en  el mismo período que duré en funcionamiento, habrás de comprar su buena cantidad de televisores".Por eso también lo mantengo, por un dejo de rebeldía, no quiero formar parte aún de los artilugios del mercado  para estimular el consumo.

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